lunes, 5 de febrero de 2007

Heber Riguetti: nada se pierde, todo se transforma

El escultor expone durante febrero en Galería Angulo

Por Diego Sebastián Maga
Antes que nada, él es un especialista en el arte del reciclaje. Chatarra, desechos, elementos incompletos, rotos, fragmentos irreconocibles o inútiles para la cultura del consumo, han sido el génesis de su obra. Mientras el mundo del descarte funciona para usar y tirar, su universo artístico “gira” para levantar y crear. Rescatar de la indiferencia objetos “anónimos” y darles un sentido estético en “nombre de la creación”. El secreto: ver mucho donde otros no ven nada.

Sí, ese es su secreto: hurgar más que buscar. Hallar un sentido estético en aquello que todos creemos basura. En su taller nada se pierde, todo se transforma.
En tanto la cultura del consumo tiene el deber de usar y tirar, Heber Riguetti se reserva el derecho de recoger y crear. En contradicción con un mundo en el que el ciclo vital de las cosas es cada vez más acotado, su línea creativa combate a las etiquetas con fecha de vencimiento; las ignora. Después de todo, el fin del arte es perdurar. El fin del artista es inmortalizarse en sus creaciones. En consecuencia, el escultor juega con esos límites entre lo útil y lo inútil, el deshecho y el hecho, la vida después de la vida. Ese es el punto: dar nueva vida... una vida artística a un objeto que otros daban por muerto.
La creación de Riguetti tiene unas reglas internas que desafían las externas y cuando se contempla una de sus esculturas estamos en presencia de un sin fin de resurrecciones de materiales e ideas.
Durante este mes, tenemos a disposición la contraseña a su universo creativo: unas 20 obras se exhiben en “Espacio Arte” (Sarandí casi Asamblea).
Quienes pasen por la vidriera de Galería Angulo podrán captar la potencia estética de sus criaturas en un arco escultórico (de técnicas variadas) que va desde lo mitológico (un centauro hace equilibrio sobre una esfera) a lo popular (un “gramillero” está en pleno temblequeo de carnaval). En el fondo, un caballo emerge casi violentamente. Todas ellas, figuras que vibran. El componente unificador, es el movimiento y nada cuesta asociarlo con un poder expresivo que vive por y para la inquietud. Es que, la expresión jamás se queda inmóvil. Las ideas de un artista giran en su cabeza y le exigen transferir esas inquietudes al acto creativo. El arte es movimiento. Y un escultor vive dando vueltas alrededor de su obra inacabada (o ésta ante él) buscando el toque genial, la revelación que le permita captar la imperfección, la impureza casi imperceptible y traducirla en bellaza. Riguetti es un artista (autodidacta) que piensa y siente en 360 grados. Las emociones de un escultor se manifiestan en tres dimensiones y estos “giros” emotivos y, naturalmente, artísticos son los que movilizan al creador, hacen vibrar eternamente a la obra concluida y agitarán el goce estético en nosotros, los observadores, una vez que posemos los ojos en ella. “Mi preocupación es que la escultura se pueda ver desde todos lados: percibir un atractivo estético sea cual sea el ángulo. La visión es como una computadora que registra cientos o miles de imágenes por minuto. Yo trabajo y estoy girando permanentemente la obra. La voy componiendo a medida que la muevo uno o dos centímetros. La idea es que girando se encuentre un equilibrio, mírese de donde se la mire.”

Manos a la obra
Así Riguetti define su proceso creativo: “En muy contadas ocasiones he realizado un boceto gráfico previo al modelado. Esta escasez de planificación, hace que todas las tensiones se vuelquen al acto creativo. Directamente debo resolver que formas quedarán y cuales he de rechazar; dar orden al caos; seleccionar de las infinitas posibilidades, cual es la forma, o el punto que armoniza… decidir cual de ellas, permite la participación y cual cierra el diálogo (…)
En una última etapa, y no por eso desposeída de la angustia generada en la pérdida de lo realizado hasta el momento, se somete el modelo a aplicaciones de capa de resina poliéster que aportarán color, texturas y perdurabilidad (…)
Esos nacimientos, gozos, muertes y duelos son quizás lo que transmite la obra. No niego el tema, es más, este es el que me motiva a expresarme. Y es la forma de expresión lo que logra comunicar aquello que va más allá de lo material, lo intelectual y lo anecdótico.” La exposición quedó abierta al público el pasado fin de semana con la actuación de URBANDA. En la vidriera, a su vez, se proyecta un video (de 15 minutos de duración) que recopila imágenes del artista en su atelier en pleno acto creativo y de sus obras; algunas de ellas producidas para carnaval (vestimenta de murga “Los Rebeldes”).