sábado, 9 de junio de 2007

Un tesoro por descubrir

Museo del Gaucho: el escultor Heber Rigueti expone por vez primera en Montevideo

Así como el artista dedicó su vida a buscar los tesoros ocultos de los materiales (esto es: descubrir un sentido estético a desechos de hojalata, elementos incompletos, rotos, fragmentos irreconocibles o inútiles para la cultura del consumo), su obra –en determinados ambientes- reviste idéntica condición. Es decir, es un tesoro escultórico aún por descubrir para públicos tales como el montevideano.

Por Diego Sebastián Maga
La Muestra Retrospectiva que abrió el martes 5 de junio en el “Museo del Gaucho y la Moneda” de Montevideo seguramente va a funcionar como mapa de un tesoro (su impactante obra escultórica). Un tesoro cuyo fin es el de cualquier tesoro: ser descubierto. Tarde o temprano. Y en el caso de las creaciones de Heber Riguetti, este concepto no suena caprichoso: el escultor maragato dedicó su vida a buscar los tesoros ocultos en los materiales. Esto implica hallar un sentido estético en la misma chatarra, en desechos, elementos incompletos, rotos, fragmentos irreconocibles o inútiles para la cultura del consumo. Estos objetos anónimos siempre escondieron algo para él. Han sido el génesis de su obra.
A contrapelo de un mundo del descarte que exige usar y tirar, sus inquietudes estéticas lo estimularon a hurgar, levantar y crear. Juntar objetos “anónimos” en el “nombre del arte”.
La exposición abierta en la galería montevideana (por espacio de 20 días), es, aunque parezca extraño, la primera de carácter individual que protagoniza Riguetti en la capital del país. Por tanto, la experiencia adquiere una dimensión superior. Todo comenzó en la muestra de José Zorrilla de San Martín que se produjo en la Quinta del Horno, organizada por el Banco República (institución que dirige el espacio cultural capitalino). Riguetti es admirador de la obra escultórica de Zorrilla y ese fue el disparador para que el plástico maragato se cruzara con las autoridades del BROU que –tras asistir a su taller- de inmediato se interesaran en él.

De la mitología a la cultura popular
Meses atrás, el centro de la ciudad pudo convivir durante un mes con las criaturas de su imaginario. En el ciclo de plásticos de San José, que funciona en “Espacio Arte” (Galería Angulo”), Riguetti presentó un arco escultórico (de técnicas variadas) que fue de lo mitológico (un centauro haciendo equilibrio sobre una esfera) a lo popular (un “gramillero” en pleno temblequeo de desfile carnavalero). Creaciones escoltadas por un inquietante caballo que emergía -casi violentamente- desde el fondo de la vidriera.
Todas ellas, figuras con vibración. Justamente, el componente unificador las piezas exhibidas. Arte en movimiento. Eso es lo que comunicó aquella exposición individual. El movimiento de las ideas del artista (girando en su cabeza), el movimiento literal de su cuerpo y manos (al transferir esas inquietudes al acto creativo, dando vueltas alrededor de la obra inacabada para convertir la impureza en bellaza) y el movimiento interior que produjo en los observadores (las emociones y el goce estético que se movieron en quienes vieron las esculturas concluidas del otro lado el vidrio). (DSM)

El artista por el artista
El contacto entre los plásticos Heber Riguetti y Nelson Romero ha sido –en el intercambio de ideas y en las colaboraciones creativas- muy estrecho. A tal punto que aquel, llevó a las tres dimensiones algunas ilustraciones de éste. Esta experiencia que evolucionó del plano a la tridimensionalidad es apenas uno de los tantos contactos que ambos han mantenido.
Posiblemente, ese mutuo conocimiento insidió para que Romero escribiera los textos que completan la Muestra Retrospectiva y la interpretan; la leen y expresan desde otro universo: el de las letras. Así es como el artista ve al artista: “Sus volúmenes a veces de pátinas metálicas, a pesar de su pequeño tamaño, nos producen el impacto de objetos que pesan toneladas, de formas llegadas del cosmos, y que en la modificación de sus proporciones, encierran una simbología críptica, sólo descifrable ante un ojo entrenado para deleitarse con los diálogos de luces y sombras (…) En sus tamborileros y figuras de carnaval, construidas en base a complejos entramados de fibras metálicas y pequeños planos traslucidos, la luz danza en una sublime sinfonía, sobre violentas sombras (…) Herraduras, caños, azadas gastadas por el tiempo, géneros petrificados por una sagrada alquimia; alambres, tornillos, extrañas piezas de una maquinaria galáctica, todo es conjuntado por la mano de este notabilísimo manipulador de universos (…)”

Muestra: Heber Riguetti
Abierta: hasta el 25 de junio
Lugar: Museo del Gaucho y la Moneda (Montevideo)
Dirección: Avenida 18 de Julio 998 (esquina J. Herrera y Obes)
Días: martes a viernes (9:30 a 12 y 13:30 a 18 horas) y sábados y domingos (de 16 a 19)
Teléfono: (02) 900 87 64